Ayer tuvimos la suerte de compartir parte de la tarde con los residentes y trabajadores del Centro Asistencial “El Pinar” de Teruel. Teníamos muchas ganas de ir allí con nuestros peludos, y la verdad es que la experiencia ha sido preciosa y ha resultado muy gratificante para todos.

Hemos conocido a personas muy, muy especiales, que derrochaban alegría y buen humor junto a nuestros peludos. Los han paseado (algunos más que otros), los peinaron (salieron guapísimos), les dieron chuches y sobre todo muchas caricias. Hubo momentos muy divertidos en los que todos nos reímos, entre chuche y chuche. Ha sido muy emocionante ver sus caras de alegría cuando los perricos se acercaban a ellos. Como siempre, el ser voluntario de la protectora nos proporciona momentos que no tienen precio. Y no sólo por los momentos vividos, sino porque esta tarde además de caricias para los peludos también ha habido besos y abrazos para los voluntarios, que nos han cargado de energía y buenas vibraciones.

Nuestros peludos se portaron genial, acudiendo allí donde les llamaban, repartiendo miradas y mimos. Eso sí, han acabado agotadicos de tanto ajetreo y seguro que han dormido genial.

Agradecemos al centro que hayan contado con nosotras para realizar esta actividad, volveremos, para seguir conociendo a sus habitantes.

También tenemos que agradecer a las trabajadoras que han organizado la actividad y nos han acompañado y orientado. Es increíble ver el cariño que prodigan hacía los residentes y cómo es correspondido por ellos. Volveremos a vernos pronto.