Tajo ha tenido mucha suerte. Ha sido adoptado por un vecino del pueblo, un señor mayor que vive solo, no es cazador y ha metido a Tajo en su casa, duerme con él, lo pasea, ... pasa las 24 horas del día con él, así que mejor no le podía haber ido. Nos alegramos mucho, seguro que hacéis una pareja estupenda!

Este grandullón apareció en la zona del Alto Tajo (Teruel). Estaba lleno de heridas de perdigones, padecía una enfermedad dérmica llamada sarna, presentaba signos de deshidratación y se encontraba muy delgado.

A pesar de todo esto, su carácter hacia las personas es extraordinario! es obediente y cariñoso. Sus rescatadores, quienes lo alimentaban, comentan que ya con los silbidos aparecía, ya que sabía que a esa hora tenía caricias y algo de alimento.