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Tarzán en una víctima más de la crueldad humana, una noche en una calle de Villarquemado, fue disparado por algún desaprensivo, lo encontraron tirado en la acera, inmediatamente nos llamaron, Tarzán entró en la clínica sin ninguna movilidad en el cuerpo, apenas tenía reflejos, el disparo le había dado en el cuello y afectado a todo el sistema neurológico; llegamos a pensar que lo perdíamos porque llegó un momento que no tenía ni reflejos en los ojos. Nunca nos rendimos con él, día a día íbamos a la clínica a verlo. Pastelito, que así lo acabamos llamando porque siempre nos lo traían tumbado en una bandeja y era tan dulce que no se podía llamar de otra manera. Poco a poco, pastelito fue recuperando movilidad, aún se está recuperando, hay que hacerle unos ejercicios diarios pero no dudamos que no tardará ya en caminar por si solo. Ahora está en una casa de acogida donde lo quieren mucho, Pastelito nos demostró que tenía muchas ganas de vivir, nunca se rindió y siguió adelante sin mirar atrás, una prueba más de lo maravillosos que pueden llegar a ser estos seres.